¿Qué Relación Existe entre Caminar y la Percepción de la Belleza?
¿Caminar es bello o es únicamente una actividad práctica? Caminar es el artífice de varios avances evolutivos que hoy nos colocan como el ser creativo que somos.
Caminar nos permite trasladarnos. Caminar es, pasada la etapa de aprendizaje, una actividad mecánica que no requiere mayor concentración ni alto gasto de energía. Caminar es bello. ¿Por qué no todos lo aprecian?
Las personas que pierden la capacidad de caminar pueden ver la belleza en caminar. Las personas que acostumbran caminar como método de meditación también la aprecian.
Los bebés que aprenden a mover las piernas para desplazarse de un punto a otro gozan del proceso.
La belleza del moverse
¿Qué nos pasa? ¿Cuándo olvidamos apreciar la belleza de una actividad que nos convierte en lo que somos hoy? Lo peor es que parece que queremos dejar de caminar si es posible.
Moverse es bello. Caminar es poesía con el cuerpo. La postura, el balanceo de los brazos, la orientación de los pies…
Todo en ello es arte. La oportunidad de coordinar la respiración con el ritmo de las pisadas es un regalo.
Si fuéramos conscientes durante 15 minutos al día de nuestro caminar, lograríamos todos los beneficios promovidos por los entusiastas de la salud:
– Mejorar nuestra salud cardiovascular
– Ser amables con el impacto en nuestras articulaciones
– Tonificar los músculos y perder peso
– Reducir el estrés, la ansiedad y la depresión
– Estrechar lazos comunales
Caminar es gratis
Es gracioso que tengan que empujarnos con propaganda para realizar la única actividad física que, con certeza, todos nuestros antepasados realizaron en gran medida.
Es una incógnita por qué pagamos membresías en gimnasios para usar máquinas caminadoras. Caminar es gratis. Caminar es el primer método de contacto con la naturaleza.
Hemos perdido la noción de lo importante, cambiando lo bello por lo automático. Estamos apresurándonos por convertirnos en autómatas.
Si dejamos que caminar se vuelva una carga, si dejamos que caminar sea una actividad práctica y nada más, corremos el riesgo de perder nuestra humanidad.
Caminar y sonreir
Si no te crees los beneficios físicos de caminar y no crees que caminar es más conveniente que manejar, hazlo para sonreír.
Caminar durante un tiempo te pondrá una sonrisa en la cara. Camina y concéntrate en caminar. Quítale lo monótono a la coordinación psicomotriz.
El secreto es simple: caminar incrementa tu energía y tener energía te hace sentir bien. Algo que te hace sonreír, ¿no es acaso bello?
Caminar es bello y práctico a la vez. Honremos a nuestros ancestros y a nuestra misma humanidad caminando.
Conectar con el entorno
Conectemos con el entorno que nos rodea movilizándonos con gusto por todos lados. Invitemos a un ser querido a caminar.
Al caminar, también podemos descubrir nuevos lugares y experiencias. Podemos explorar parques y senderos naturales, o simplemente disfrutar del paisaje urbano.
Caminar nos permite conectar con el entorno y encontrar belleza en los detalles cotidianos.
En última instancia, caminar es una invitación a vivir el presente y a apreciar la simplicidad de la vida.
Al dejar atrás la rutina y el estrés, podemos encontrar un sentido de libertad y alegría en el simple acto de caminar.
Conclusión
Caminar no solo beneficia nuestra salud física, sino que también mejora nuestra percepción de la belleza.
Al caminar, conectamos más profundamente con nuestro entorno, apreciando detalles y matices que a menudo pasamos por alto en la rutina diaria.
Esta conexión consciente con la naturaleza y el entorno urbano nos permite experimentar y valorar la belleza de manera más intensa y significativa.
Comparte tu opinión con el autor Martín Alonso Aceves Custodio y toda nuestra comunidad de La Filosofía Como Respuesta.
También te puede interesar:
La Justicia Sesgada: Cómo el Stare Decisis Perpetúa la Desigualdad – La Filosofía Como Respuesta
Alessandra, já li seu comentário três vezes e ainda não consegui decifrar o significado. Você poderia explicá-lo, por favor? Saudações.
Um dia, um amigo meu decidiu começar a caminhar diariamente para melhorar sua saúde. Depois de uma semana, ele se sentiu mais energético e descobriu que podia caminhar mais longe sem se cansar.
Um dia, enquanto caminhava pelo parque, ele encontrou um homem sentado em um banco, olhando fixamente para uma árvore. Meu amigo se aproximou e perguntou: “O que você está fazendo?”
O homem respondeu: “Estou esperando que a árvore me dê a resposta para a vida”.
Meu amigo riu e disse: “Boa sorte! Eu estou aqui só para caminhar e aproveitar o dia”.
O homem sorriu e disse: “Ah, mas você sabe o que? A árvore me disse que a resposta para a vida é… 42 sapatos!”
Meu amigo riu e continuou caminhando, pensando que o homem estava louco. Mas depois ele se deu conta de que, na verdade, estava carregando 42 sapatos em sua mochila… ou não!