La Naturaleza Humana
Al hablar de la naturaleza humana, lo hacemos con autoridad. Todos creemos saber cuál es la naturaleza humana, puesto que todos somos humanos, ¿cierto?
¿Pero cuántas veces nos detenemos a pensar que el concepto que manejamos podría estar equivocado?
¿O cuántos problemas podríamos solucionar si aceptáramos que hasta el momento nadie sabe cuál es la “naturaleza humana”?
Quizás la forma más fácil de presentar este dilema filosófico es dividiéndolo en dos grandes corrientes.
Argumentos
Un grupo de personas argumenta que la naturaleza humana es fija y determinada, es decir, que determina nuestras capacidades y limitaciones; mientras que otro grupo cree que la naturaleza humana puede ser moldeada por agentes externos como la cultura en la que se crece y la sociedad en la que uno se desarrolla.
Esta sencilla diferencia en el entendimiento hace que la convivencia humana sea un reto.
La moral y la ética, conceptos que se refieren a los valores que rigen el comportamiento humano, se basan en suposiciones sobre la naturaleza humana.
Dependiendo del contexto en el que fueron relacionados según su percepción, las conductas “correctas” de una población en determinadas sociedades se ven afectadas.
Cuestionamiento
Ciencias como la biología evolutiva y la antropología cuestionan la idea de una naturaleza humana física.
Hemos recurrido a la ciencia para poder responder a esta pregunta ancestral.
Filósofos, psicólogos, antropólogos y expertos de todo tipo, a lo largo de la historia, han formulado teorías y perspectivas para descifrar el misterio de la naturaleza humana.
Descifrar ésta es una tarea importantísima en los tiempos actuales.
Percepciones
Nuestras relaciones personales se rigen, consciente o inconscientemente, en cómo creemos que la otra persona va a reaccionar según nuestras propias suposiciones.
Si pudiéramos llegar al meollo del asunto, quizás encontraríamos la receta perfecta para la convivencia humana y pudiéramos evitar problemas que, al escalar, generan desafíos gigantes, como la envidia, los celos, la violencia, la depresión, los malentendidos y las expectativas.
Hay quienes ven con pesimismo esta tarea, debido a que no se ha podido dar una respuesta contundente.
Peor aún, hay teorías que opinan que la naturaleza humana es de carácter fijo y que está marcada por nuestro egoísmo y la búsqueda del interés propio.
¿Qué encontrar?
Esta teoría, mayormente popularizada por el filósofo inglés Thomas Hobbes, hace que se pierda la esperanza de ganar algo al seguir analizando lo que intrínsecamente es ser humano.
La contraparte de la naturaleza fija pesimista es la naturaleza virtuosa.
El filósofo francés Jean Jacques Rousseau argumentaba que los seres humanos son inherentemente nobles, pero que es la sociedad la que los corrompe.
Pero sin duda, la teoría que más ha influido en el entendimiento de la naturaleza humana en los últimos 150 años es la derivada de la teoría evolutiva de Charles Darwin.
En ella, los humanos no somos únicos ni especiales, sino simplemente somos parte de un proceso evolutivo más amplio.
La realidad
Pese a que de entrada podemos decir: “Sí, ésta es la teoría más cercana a la realidad, porque yo así me siento”, la realidad es que no hay alguna cierta.
Nuestra cognición, emociones, motivaciones, procesos de socialización y juicios morales hacen una tarea complicada aún más difícil.
Necesitamos comprender esta naturaleza. No es algo que podemos dejar para después. Me atrevo a decir que de ello depende crear estrategias efectivas que nos ayuden a alcanzar el bienestar global.
¿Cómo podemos hablar de superar desafíos cuando no entendemos nuestras fortalezas y debilidades?
Reconocimiento
Agradecemos a los que aún se ocupan de develar este gran misterio. Aplaudimos a los equipos multidisciplinarios que no descansan en esta tarea.
También queremos invitar al público a contemplar la posibilidad de que los experimentos sociales del futuro en pro de esta tarea impliquen usos genéticos, clonaciones y privación de privacidad.
Estamos hablando de algo así como el Truman Show.
No estamos instigando a que se utilicen medidas extremas, pero es importante recalcar que una tarea de tal magnitud requiere salirnos de lo que hoy es el marco ético aceptable.
Conclusión
La naturaleza humana sigue siendo un enigma fascinante que ha intrigado a filósofos, científicos y pensadores a lo largo de la historia.
A pesar de los avances en la comprensión de la mente y el comportamiento humano, aún quedan muchas preguntas sin respuesta.
Este misterio nos invita a seguir explorando y reflexionando sobre lo que nos hace verdaderamente humanos. La búsqueda de respuestas no solo enriquece nuestro conocimiento, sino que también nos ayuda a comprender mejor nuestras propias vidas y las de quienes nos rodean.
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